Vistas de página en total

Mostrando entradas con la etiqueta Arte Duro. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Arte Duro. Mostrar todas las entradas

lunes, 2 de junio de 2014

Las fronteras del pensar-sentir

Mapa de un árbol

Me parece que la exposición de Edmundo Ocejo es una reflexión sobre el universo interior del que extrae algunas topografías para compartirlas con los observadores de su arte. Delimitados por las fronteras del sentimiento, la emoción y el pensamiento, sus cuadros son postales de un trayecto único, individual y a la vez compartido por todo aquel que logre conectar con la emoción estética que sintetiza cada pieza.

Territorios ambiguos, que desfasan lo concreto del mapa en que se asientan y evidencian un andar errante, a veces decidido, convulso, reiterativo, dudoso, obstinado. Sus composiciones buscan el orden, el equilibrio y la armonización entre sus partes, logrando una tensa, pero a la vez armoniosa negociación de texturas, espacios y profundidades.

Cada cuadro es un palimpsesto de intentos; una búsqueda, una insistencia por hallar lo que en la vida misma se busca: ese momentum  en el que uno sabe que ha llegado al punto de equilibrio, a la estancia donde más es menos y menos aún no es.

Embalsamador de colores, aventura el óleo sobre la tela en una capa, a la que sobre impone otra, y otra más, para luego rayarla, hendirla, trillarla como si quisiera desandar sus pasos hasta encontrar la huella de lo andado. Así construye el mapa de su territorio, y luego lo encapsula en cera para hacer de ese instante un talismán.

En la museografía planteada por José Ignacio Aldama en Aldama Fine Arts, donde se exhibe Inventario de imágenes hasta el 30 de junio de 2014, el portal que da acceso al discurso plástico de Ocejo es un cuadro negro formado por una retícula de cuadros negros que remite de inmediato al suprematismo de Maiakovsky, intervenido en su centro por un fragmento de tronco que se enerva. Desconocemos las raíces y el follaje de ese Árbol templo que nos da la bienvenida, pero intuimos la certeza de que las arborescencias de esa semilla florecerán en el resto de las piezas. Y así es. Conjuntos de paisajes, inventarios, árboles, tableros, nos abrazan ofreciéndonos una vinculación perfecta entre la organicidad del pensamiento y la artificialidad de la razón; entre el primitivismo de la sensación y las correspondencias de la lógica; entre la brutalidad de una naturaleza abstraída y la abstracción gráfica de sus signos.

Sobre la dermis que Ocejo construye y esculpe con diferentes herramientas para extraer del color diversas cualidades se deslizan dameros, como si fueran la escala de la razón, el contenedor, el punto de referencia cartesiano que busca su lógica ante la fuerza entrópica de la vida, y lo que se logra es un híbrido en constante mutación, pues las veces que la mirada recorre el tablero signan un territorio mayor que su espacio mismo.

En Paisaje imaginado vemos horizontes que se entrecruzan a lo lejos, como nubes que se traslapan en el tiempo y en el espacio. La continuidad y discontinuidad de estos pensamientos nos sugiere una tormenta de ideas detenida por espasmos parecidos al contacto con la nada, con el absoluto; ese instante en que se interrumpe el flujo del pensamiento para integrarse a la totalidad del universo. Una aparente ruptura que es la conexión última.

En Mapa de un árbol las oposiciones entre la línea recta y la línea curva; entre lo horizontal y lo vertical; lo de arriba y lo de abajo; lo claro y lo opaco crean un dinamismo semejante al del proceso de pensar-sentir.

En Inventario del paisajeIV,III,II,I la rejilla se impone al paisaje, matizando los cuadros de color, en una gradación progresiva en la que predomina un tono sobre todos los demás, posicionándolos como los armónicos del sentimiento o pensamiento que se explora frente al horizonte agónico. El mayor o menor espacio de cielo representado supone un ahogo terrenal que signa la experiencia como algo más carnal que espiritual.

En la serie de Tableros la retícula se extiende al territorio y dinamiza los paneles de Mondrian como si fuera un juego de Sudoku, ofreciendo al espectador una combinación móvil de cuadros y rectángulos que a su vez funcionan como macros de las mismas texturas. En un principio estos cuadros me sugirieron una presencia zoológica, quizás, un acercamiento a un ser mastodóntico al que sólo se le puede abarcar a través de ciertos cortes o fragmentos, y en cuya piel se encuentra tatuado el devenir de leguas transitadas..

Bajo esta perspectiva Mapa de un árbol es el que más llama mi atención pues la compenetración de estructuras logra un diálogo entre lo visible y lo invisible, el pensamiento y lo actuado; lo sentido y lo percibido; lo dicho y lo enunciado. El follaje bituminoso del árbol se equipara en estructura a la celosía que lo atraviesa y ambos propician el estallamiento visceral de la palabra, esa caligrafía que invade los intersticios del vacío y lo puebla de sentido.
 
Claudia López Vargas, José Ignacio Aldama, Árbol templo de Edmundo Ocejo y José Manuel Ruiz
Por último Poeta del agua suelta nuevamente las estructuras, dispersa los conjuntos y deja fluir esa caligrafía que nace ya no de la conjunción de lo natural y lo natural sublimado, sino de ese tercer componente que es el logos.

José Manuel Ruiz Regil

Arte Duro.

jueves, 15 de mayo de 2014

El juego de la imagen en el juego de la imagen


Invitación
El gran vestíbulo del sótano del edificio S en la Universidad Iberoamericana, alberga la muestra colectiva MOMENT(UM), que se inauguró el 14 de mayo a las 18 horas, con la presencia de algunos de los artistas participantes: Cecilia Barreto, Ernesto Cortés, Erick Diego, Carlos Ramírez, Gorka Larrañaga, Tlahuac Mata, Eduardo Medina, Alina Sánchez, Jeantz Beltrán, reunidos por la curadora Mireille Torres, para reflexionar sobre la transformación de la imagen a partir de las nuevas tecnologías.  

La realidad es un cúmulo de imágenes que suceden en una sincronicidad imposible de percibir, a menos que seamos capaces de fragmentarla, para luego recomponerla. Y al hacerlo transformamos ya su propia naturaleza inasible. Por eso, quizás, nos hemos acostumbrado a mirar la realidad como una sola imagen, estática o, mejor aún, sabemos que cada imagen representa distintas realidades; o realidades compuestas a partir de fragmentos mínimos de otras realidades. La imagen como el producto de la combinación de fragmentos de imágenes repetidas, utilizadas ad infinitum por los actores de los medios, representa una nueva episteme.

Héctor Rodríguez, Claudia López, Jeantz Beltrán, Ernesto Medina, Gorka Larrañaga
¿Hasta dónde la mezcla de la reproducción y la repetición contribuye a formar una imagen original; en qué momento se pierde el sentido original de una imagen (realidad) al ser reproducida o repetida infinitamente? Estos cuestionamientos ampliamente pensados y debatidos por Walter Benjamin en La obra de arte en la era de su reproductibilidad técnica y por Guy Debord en La sociedad del espectáculo, son retomados por este colectivo de artistas quienes intervienen sus obras con nuevas tecnologías como el código QR, la animación y la realidad aumentada, en el caso de Jeantz Beltrán, quien nos muestra la emergencia de una nueva realidad sólo percibida a través de las extensiones tecnológicas del Smartphone, lo que revela al ojo un plano completamente invisible sin este recurso. Sin embargo, en este caso específico, me pregunto: más allá de la forma, de los problemas técnicos, ¿el arte, qué? ¿existe, en esta pieza particular de Beltrán un pretexto estético que rebase lo formal, o estamos ante el espectacular malabarismo de la sociedad tecno-científica mercantilista que aprovechará el nuevo medio para nutrir su brazo derecho, la publicidad? ¿Dónde aquí se vislumbra el discernimiento que separa el acto social del acto poético?

Realidad aumentada (Foto tomada del muro de Jeantz Beltrán)
Platicando con Eduardo Medina nos compartía su preocupación por reflexionar sobre los medios y cómo estos van componiendo imágenes a partir de fragmentos. En su obra revisita los orígenes del dibujo para explorar nuevas posibilidades del espacio.

Y en el caso del artista vasco Gorka Larrañaga nos acercamos a la exploración de la imagen a partir de las transparencias de la caja de luz; cúmulos de objetos físicos en combinación con su representación gráfica al óleo, en una sublimación del color y de la forma que mezcla todo en un caldo lácteo como una membrana placentaria donde se gesta la incesante lluvia informática; o marcando pautas de territorio sobre el caparazón transformado de un auto, el cual funciona a la vez como mapa y vehículo.

Héctor Rodríguez, Gorka Larrañaga y Arte Duro.

Al tiempo que nos envolvemos de ilusiones ópticas, con los hologramas y collages de la muestra,  se despliega en el espacio acústico un desfile de sonidos producidos electrónicamente, a partir de frecuencias, ecos, samplers, en combinación con la proyección de la imagen de un ruido rítmico. Intermitencias que jaspean el muro deslizable del vestíbulo en diferentes direcciones, creando un tramado de líneas que traducen la longitud de onda de las frecuencias sónicas.

Gorka Larrañaga
De la mímesis pupilar hasta la generación virtual de modelos que más tarde serán transducidos análogamente a una fisicalidad táctil nutrida por diferentes capas de percepción para evidenciar el papel preponderante de la imagen en la construcción de la sociedad actual, ofrece la colectiva MOMENT(UM). Ignoro todavía si el paréntesis en la desinencia latina alude al dinamismo del resto de los tiempos verbales, o sólo sea un pretexto gráfico; en cualquier caso el nombre evoca esa confluencia de tiempos y espacios en que todo es propicio para que se dé el gran salto cuántico. 

Estas piezas parecen ser el salto mismo, sino es que el vestigio de haber saltado, como el rastro del electrón. Compruébalo, visitando la muestra hasta el 4 de julio de 2014. MOMENT(UM), Una plataforma artística para pensar el presente.

José Manuel Ruiz Regil

Analista cultural-Arte Duro

miércoles, 17 de octubre de 2012

5to. boletín de arte y estilos de ARTE DURO Curators & Dealers 17 de octubre de 2012



Gracias a la generosidad del Lic. Salvador Chávez, ARTE DURO Curators & Dealers asistió el 15 de octubre a la mesa redonda “Poéticas del creador entre el artesano y el artista”, organizada por Mycellium Organicum, galería de arte operada por Adriana Martínez. En el marco de la exposición de Betsabé Romero, La ciudad en un hilo, curaduría de Elia Stavenhagen, en el piso 51 de la torre mayor, se reunieron creadores diversos para compartir, desde su experiencia personal, la influencia del arte popular o artesanía en el lenguaje del arte contemporáneo, para abrir la discusión al público, conformado en su mayoría por artistas plásticos y coleccionistas.

Moderados por la maestra Martha Turok inició la charla con un video que mostró el resultado de la bienal Arte/sano entre artistas, que se presentó de octubre del 2011 a febrero del 2012 en el Museo de Arte Popular, donde se exhibieron 76 obras de 61 duplas de artistas y artesanos, con la idea de “rehabilitar nichos de trabajo entre creadores, sumar creatividad, destreza, magia e inspiración en un objeto, donde el resultado de dos posturas, de dos visiones, de dos magias, permita al espectador disfrutar y descubrir las múltiples propuestas que brotan de mentes creativas”. El Universal 29 de octubre de 2011.

Posteriormente, la maestra Betsabé Romero hizo un veloz recorrido por su trabajo para exponer la razón del elemento llanta como síntesis del abordaje crítico a la modernidad e hilo conductor de la memoria del hombre. Los sellos o grabados que los neumáticos imprimen sobre diversas superficies evidencian el paso, cumbre y decadencia de las sociedades en diferentes momentos de la historia. Debido a la cercana colaboración que esta autora ha tenido con el artista Oaxaqueño Carlo Magno Pedro Martínez, Romero cedió la palabra a este representante del oficio colectivo quien declaró no importarle el término con el que se le llame; artista, artesano, artista indígena o popular, pues lo importante no es pertenecer a un grupo, sino crear. El reconocimiento lo tiene por parte de los autores que incorporan su “don” –como se lo reveló su madre- a su trabajo y es como él mismo da a entender que ha podido ingresar a las grandes catedrales del arte; incorporando su trabajo en el caballo de troya de otras firmas.

El maestro Ery Camara, museógrafo del Antiguo Colegio de San Ildefonso, expuso su preocupación por que al arte que viene de comunidades étnicas ya sea mesoamericanas, oceánicas, asiáticas, africanas o de cualquier otra latitud, se le denomine por su nombre, y esto permita el estudio y conocimiento de su tradición para que pueda ser incorporada al discurso contemporáneo como una aportación con código genético, y no simplemente como un exotismo susceptible de pillaje por los grupos dominantes del “mainstream”. Su vasta experiencia internacional le permite compartir una observación muy amplia, a la vez que puntual, sobre las tendencias de la historiografía artística. Sugiere hacer una revisión del estado del arte en el mundo, y en especial en México, para poder generar un diagnóstico que plantee diferentes estrategias para generar un acercamiento más real, productivo, sustentable, que contribuya a valorar la verdadera riqueza del centro y las periferias en un intercambio dinámico de mutuo reconocimiento.

Walther Boelsterly compartió la lección heredada de su padre, Médico, quien, cuenta, iniciaba sus conferencias haciendo un cálculo mental, para demostrar que si para el cerebro es más fácil sumar y multiplicar que dividir y restar, por qué los seres humanos nos empeñarnos en excluir al otro, en vez de integrarlo en una visión más amplia, aprendizaje que ha traducido en compromiso dentro de la gestión del MAP. Asimismo, compartió la experiencia técnica y humana que generó el trabajo de la bienal arte/sano entre artistas, como un ejemplo de trabajo comunitario en donde ambos mundos se enriquecen para beneficio del público y de la obra.  

Los asistentes participaron con ideas, puntos de vista y preguntas a la mesa que se alargó hasta el lounge del club Piso 51, donde un pequeño grupo siguió discutiendo las posibilidades de generar un movimiento que haga más viable la administración y difusión del arte en México. La presencia orientadora y generosa del Mtro. Ery Camara fue eje central de la charla. Un evento exitoso en su organización y prometedor en sus consecuencias.



El 16 de octubre se inauguró la exposición Dominio, de Alberto Castro Leñero en la Galería central del Centro Nacional de las Artes. La muestra sugiere una muy dinámica interacción entre las piezas a manera de frases o episodios biográficos, topográficos, axiológicos, incluso; articulados a partir de pequeños discursos, impactos o emociones, la mayoría de ellos súbitos, cuya reberverancia crea ramificaciones posibles. Cada uno resultante concreta de la miríada de opciones que el instante existencial propicia, y del cual el sujeto –en este caso el autor, como punto de partida del ejercicio- vierte su carga autobiográfica para seguir creando destino. 
Los complejos polípticos están dispuestos alrededor del perímetro del gran espacio, a manera de traza de juegos de dominó, sólo que en este caso el valor que ofrecen las fichas no se limita a los polos arriba y abajo, sino que entran en juego también izquierda y derecha, ofreciendo cuatro combinaciones posibles de ruta o de discurso. La composición de cada conjunto crea un cuerpo narrativo de contenido urbano, en ocasiones; botánico en otras, cuya transparencia, super-imposición o desfase de sus elementos y materiales compositivos, evocan lo diverso y mutante del tránsito cosmopolita, lo mismo que incorpora oasis de silencio y vacíos llenos de intensidad, ruido o armonía. 
La poética tisular de Alberto Castro, mantiene elementos formales que ligan sus propuestas, sin romper del todo el estilo que lo caracteriza desde hace años. La textura de su lenguaje sugiere, de alguna manera, una visión desde lo alto, que en la mayoría de los casos emplaza al espectador en un top shot; en el ojo del satélite, y al mismo tiempo evoca un universo microscópico, llevándonos por un viaje intersticial favorecido por la atmósfera de su paleta –si es que cabe aquí tan romántico artilugio-, pues los tonos a través de los cuales vela o trasluce sus objetos parecieran ser tinturas de laboratorio, reactivos que evidencian moléculas plásticas, en una investigación constructiva que incorpora, como en una sucesión de cajas de petri, nuevo material genético a la tradición.
    
En otros trazos, que son caminos que forman puentes que se concatenan, unidos por redes de gestos que abdican las fronteras entre un panel y otro, o maridan el color y la forma entre ellos, se intercalan los prefijos lingüísticos que han sido constantes en Alberto Castro: el estallido de materia sobre el plano, la sobreimposición de  rejas tridimensionales, escurrimientos controlados de evocación antropomórfica, escorzos evidentes situados en puntos de articulación sonora, donde la mirada da un vuelco ante la suma de elementos, y la percepción aterriza su dislate emocional para propiciar una anagnórisis polisémica de intensa mutación.


La gran dimensión de la galería pareciera ex profeso diseñada para albergar estos tramados que reciben al espectador al primer golpe de vista, y lo invitan a aislarse en cada escenario de manera cómoda y fresca, sintiéndose abrazar por los discursos particulares, y al mismo tiempo escuchando la sinfonía general como si de breves movimientos rítmicos y temáticos se tratara.

Dominio, de Alberto Castro Leñero, es la evidencia más clara del ejercicio de libertad, pues el camino que se abre ante la decisión es creador del instante único en el espacio e irrepetible en el tiempo.


 Vivir del arte, por el arte y para el arte

Directores: Lic. José Manuel Ruiz Regil.
               Lic. Claudia López Vargas.

Foto de Ery Camara por María Luisa Severiano.

jueves, 13 de septiembre de 2012

Antarctica, un voto de esperanza a la otredad, por José Manuel Ruiz Regil

 Antarctica, talla en mármol del maestro Javier Astorga (Méx.1964), es una escultura vibrante, que a pesar de su solidez expresa una ligereza dinámica, generada por sus cortes, curvas, huecos y aires, y convierten un objeto concreto en una metáfora líquida de gran contenido emocional. Su inicial verticalidad parece no afectada por su propio peso, sino por el de un entorno que altera su configuración atmosférica, e imprime en la perenne estolidez de la piedra, las impensadas huellas del caos. De esta manera el trabajo genera la sensación de un bloque de hielo que se derrite, mutando de un momento a otro en un vitral de ilusiones en las que se registra su finitud. 

La tridimensionalidad del objeto escultórico regala al observador la evidencia de sus cuatro caras y sus varios planos como instantáneas de futuro. Esta pieza de 1 x 1 x 3 mts. realizada por el maestro Javier Astorga en el 4to. Simposio de escultura en mármol, lleva en su pronunciamiento el germen de la extinción. Es homenaje, y epitafio; es celebración, pero también denuncia; es anhelo y a la vez dolor. Su dinamismo casi autónomo anticipa al ojo sus transmutaciones. La imponente presencia parece palpitar ante la mirada, materia que se transforma al permanecer inmóvil, y habla de un es que dejó de ser y un fue que está siendo. 

La piedra elegida ofrece una temperatura estética que evoca al hielo, consubstancial al agua y al vapor, fuente de vida una; efímera presencia, la otra; terna contenida en la metáfora conceptual que el autor emplea para condenar y redimir el ser de la materia a la cual logra asir en el instante preciso de su transmigración. 

La ductilidad con que el espacio abre sus formas, horadándose a veces desde las entrañas, otras generando oquedades, remite al témpano, unidad primaria del rompecabezas continental, célula última y primera que alberga al organismo todo, endémico animal, boreal anatomía, trinidad acrisolada en un presente perenne.

Esta mutabilidad no sólo es forma, también es la expresión de una diversidad de caras que se dan la espalda, contraponen su mirada centrífuga, niegan la existencia de su sombra, ignorando que cada una depende de las otras, y que su integración involuntaria garantiza la unidad en la que son posibles. Esta imbricación ontológica de las formas dentro del objeto escultórico, es una moción, si no de fraternidad, al menos de reconocimiento al otro, a la que el autor conmina; un voto de esperanza a la otredad. 

Antarctica, proyecto de talla en mármol del maestro Mexicano Javier Astorga ha sido seleccionada para el 4to. Simposio de escultura en mármol que se lleva a cabo del 11 de septiembre al 8 de octubre de 2012 en la emblemática ciudad de Teherán.

Inversión que hace historia

martes, 4 de septiembre de 2012

2do. Boletín de arte y estilos de ARTE DURO Curators & Dealers, 1ro. de septiembre de 2012



El pasado 18 de agosto clausuramos la exposición del artista plástico Eduardo Romo, Falsas Estructuras, en el museo X Teresa Arte actual. En ese marco desarrollamos un evento multidisciplinario que incluyó la participación de los poetas Andrés Cardo y Ewor, del grupo M.I.A.U & S22 de Body painting y al ensamble efímero Cisma, formado por Tony Rodríguez y Manolo Regil, integrantes del colectivo Katapulta. El evento fue conducido por la Licenciada Claudia López Vargas, Co-directora de ARTE DURO Curators & Dealers, quien, junto con Eduardo Romo invitaron a los asistentes a desenmascarar sus creencias y plasmarlas en un trazo espontáneo sobre las cartulinas blancas con que se había recubierto la obra, para luego quitarlas y transformarlas en algo nuevo a partir de su creatividad, ejecutando con esto un acto simbólico que derrumbara sus estructuras, en consonancia con la tesis de las piezas gigantes.


En un gesto de entusiasmo y generosa estrategia educativa Eduardo Romo ofreció en custodia voluntaria los “sagrarios” para que quien quisiera pudiera llevárselos y cuidarlos hasta que le sea solicitado nuevamente para otra exposición, fomentando con esto la responsabilidad de tener una obra de arte en su casa, disfrutarla, cuidarla y valorarla, aunque no se haya pagado una suma de dinero importante por ella.  La respuesta del público fue entusiasta. Hoy tres personas custodian en sus hogares un sagrario de Romo. 



Una de las vertientes de la obra del Maestro José Antonio Farrera (1964), de fuerte resonancia expresionista, revisa algunos momentos del retrato en la historia del arte y da su versión al Vermeer “Jóven con el arete de perla”, con ese toque particular que borda el lienzo y hace del acto de ver un ejercicio de tocar entre sus texturas, para descubrir los matices del color. Sea ésta, quizás, una de sus piezas más emblemáticas que estamos seguros marcará una pauta dentro de la revisión contemporánea de los clásicos. Su trabajo ha sido distinguido con el Premio de Adquisición en la Primera Bienal de Pintura Pedro Coronel (2008), entre otros premios y menciones honoríficas. Farrera forma parte del Sistema Nacional de Creadores de Arte desde 2010. Su obra integra importantes colecciones institucionales y privadas, como las de la Secretaría de Relaciones Exteriores, el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, el Museo Pedro Coronel, el Instituto Cultural Domecq, Nestlé y el Gobierno del Distrito Federal, y se puede adquirir en la galería Misrachi, a través de ARTE DURO Curators & Dealers.

Con gran alegría damos la bienvenida a la Maestra Begoña Zorrilla, y agradecemos la confianza que ha depositado en nosotros para promover y acompañar su obra en el emocionante camino de llegar a las colecciones que escribirán la historia del arte contemporáneo en México. Estamos seguros de que esa voz plástica con la que engarza mito y actualidad, despertará atractivos aromas llenos de posibilidades que nuestro mercado sabrá disfrutar. Destaca dentro de su sintaxis la yuxtaposición de veladuras escriturales que dialogan entre planos, y que dan al plano pictórico una profundidad temporal y concreta que enmarca la profundidad con que trata sus temas, notando, pautando, o cifrando, de esta manera, el testimonio de su pensamiento sobre la realidad.


ARTE DURO C &D platicó con el Lic. en Historia del arte Raúl Cano, egresado del Centro de Cultural Casa Lamm, quien es curador de la exposición Favores insólitos, que presenta el Museo Nacional de Culturas Populares del 27 de julio al 15 de octubre de 2012. Recorrimos la muestra que reúne el trabajo de más de siete años siguiéndole la pista a estos exvotos falsos o transgresores o con temáticas inverosímiles –como explica el curador-. “Es la primera vez que se presenta en un museo mexicano una exposición de esta naturaleza, donde se evidencian los temas sociales que están ahí imbricados entre la doble moral y el deseo, pero que forman parte de la idiosincrasia nacional; un registro de los anhelos y las pasiones que se subliman en este formato heredado de la tradición católica del siglo XIX, a través de la cual el colectivo sigue materializando su pensamiento mágico en estos días. La factura de estos exvotos falsos-originales data de hace pocos años y pueden invocar a santos, a laicos o a ídolos del espectáculo a quienes se les atribuyen milagros urbanos que testimonian el vivir cotidiano de la gente común y corriente. El joven curador, inspirado en la vocación activista de los artistas de la Escuela Mexicana de pintura, en la faceta de promotor de Diego Rivera, así como en el trabajo del museógrafo Fernando Gamboa, desarrolló la tesis De lo sobrenatural a lo transgresor, exvotos mexicanos del siglo XIX  a la actualidad, que ha desembocado en este primer trabajo curatorial de forma independiente. ARTE DURO C&D seguirá de cerca este talento comprometido con brindar a un público más amplio, las lecturas innovadoras de los temas que exige la época.

ARTE DURO Curators & Dealers
Inversión que hace historia
 


Directores
Lic. Claudia López Vargas
Lic. José Manuel Ruiz Regil