24 de junio de 2014
Dr. Álvaro Rodríguez Tirado
Director General del
Centro Nacional de las Artes
P R E S E N T E
Desde muy joven intuí la relación que podía haber entre la ciencia
médica y las artes creativas. Es así que a lo largo de mi variopinta formación
fui acumulando experiencias y conocimientos que concretaron esa ilusión y
ampliaron el horizonte de oportunidades para la aplicación de este maridaje
disciplinar a favor del cultivo de la salud y el tránsito por la enfermedad
como un camino de auto-conocimiento y transformación.
Definitivamente, una
experiencia que catapultó mi motivación hacia estos temas en los años ochenta
fue la historia del Dr. Hunter (Patch) Adams, a quien años después contacté a
través de su página web y algún libro donde narra su experiencia de
colectividad y sanación, a través de la creatividad y la risa en su rancho de Virginia.
Otro texto inspirador
también fue el libro que recoge las experiencias de la Dra. Mary Rockwoodlane y
el Dr. Michael Samuels, quienes dan testimonio de la aplicación de los
programas de Arte en medicina en hospitales de Florida, Los Ángeles,
Francia, Alemania, Australia y otros países del primer mundo.
Inspirado también por
el libro del Dr. Alfred Tomatis, El
efecto Mozart, y por Sonidos que curan
del Dr. Mitchel Gaynor, así como por lecciones de física cuántica
patrocinadas por Fritjof Kapfra y otros títulos que los crecientes años noventa
del siglo pasado estaban dando a la luz, y mi exquisita formación holística en Iztac Multiversidad, la Escuela de Medicina
del Westhill Institute, el Instituto Mexicano de Estudios en Longevidad, el
Yoga Center y el International
Kinesiology College, decidí enfocarme al tema con ánimo creativo y
práctico. Así es que fundé Arte y
Curación, una suerte de consultorio-escuela, y
construí un seminario de dieciocho horas llamado Arte curativo, en el que se exploran cuatro lenguajes básicos (la
escritura, el dibujo, la danza y la música) a través de ejercicios
motivacionales que resaltan las habilidades creativas innatas del individuo
orientadas hacia un fin específico: la sanación. Asimismo, se exploran algunas
de las artes curativas como el auto-masaje, el Yoga, la meditación, las flores
de Bach y la Kinesiología, y se les mira como una experiencia estética, asociándolas
con el arte.
Este programa fue
impartido en centros de salud como Yambarí
Spa, El museo de la Ciudad en Querétaro, el Centro Holístico Vida Armónica y el Centro Holístico Xilami. Todas
estas experiencias las llevaba a un programa de radio que se transmitió por
Radio Fórmula Querétaro todos los sábados del 2003, Caleidoscopio de vida, que yo mismo producía y conducía.
En esta búsqueda por
hacer llegar el curso y la visión del arte y la cultura como herramientas
prácticas para la vida, quise orientarme hacia las empresas, donde se encuentra
gran parte de la población económicamente activa y dispuesta a nuevas
experiencias, cautiva en un solo lugar. Así es que tuve alguna experiencia con Seguros Monterrey, en la fusión de
Daymler-Chrysler, Nestlé, siempre en fusión con otras compañías de
desarrollo como Valinca, o Adelanta
Consulting; en el Hotel Spa La pitaya, en Hacienda-Spa Sepúlveda, en la formación de terapeutas.
El ejemplo contundente
de que en Europa Unilever estaba
haciendo transformaciones internas a través del teatro y la música, así como la
aparición de artículos sobre el tema en revistas como Líderes y el boom
de la risoterapia alentaron mi propósito, fundé MOMENTUM eclosión multidisciplinaria, arte que promueve el rendimiento
y comencé a hacer propuestas en Bimbo,
Motorola, Pfizer y Procter / Gamble, mismas que no culminaron con éxito, a
pesar del entusiasmo y el convencimiento de algunos de sus ejecutivos, pues los
indicadores de desempeño con los que suelen medir sus proyectos no sirven para
evaluar las habilidades blandas que se desarrollan con la creatividad. Hace
falta encontrar la unidad precisa para reportar el Retorno a la Inversión de
estos programas.
Di conferencias sobre
salud holística en Sport City y en el
Instituto Mexicano del Seguro social
con el convencimiento de que tarde o temprano los artistas-terapeutas podríamos
infiltrarnos en el rígido esquema de la medicina institucional, lo cual no ha
sucedido todavía.
Ni los cursos sobre
terapia del arte, ni las charlas introductorias, ni los testimonios cada vez
más impactantes de remisiones espontáneas en presencia de la acción creativa en
todas partes del mundo, ni los cientos de publicaciones han podido incidir en
el dogmatismo cientificista de las cúpulas de la administración médica para
darle cabida a programas que se acerquen mínimamente en nuestro país al enfoque
integrativo de la medicina actual.
Lo más cercano a la
realización del sueño de amalgamar estos dos polos de una misma bendición han
sido los foros de arte y empresas en los que participé con la empresa Expandart
en 2008, 2009 en el Museo de Antropología de la Ciudad de México y en el
Palacio de Bellas Artes, respectivamente, en los que ha quedado manifiesto que
la expresión creativa, el contacto con el arte y la música, favorecen el
ambiente laboral y fomentan la integración. Pero todavía se queda muy lejos del
verdadero efecto transformador de la creatividad en cada individuo. Todo esto
sigue viendo al artista y al arte como algo lejano, ajeno, distante de la vida
cotidiana.
En 2011 junto con mi
esposa, Claudia López Vargas, fundamos Sombra Personal Coaching y
Arte Duro Curators / Dealers, para separar los temas del desarrollo
personal, el esoterismo y la terapia de los de la promoción del arte y la
crítica. Sin embargo, sentimos que ambos proyectos forman parte de nuestra
experiencia y visión conjunta.
En 2013 asistimos al 1er. Congreso de Arte y Negocios en el Centro
Cultural Coyoacán Hugo Arguelles. Fue toda una semana de testimonios y charlas
sobre cómo vivir haciendo arte en México. Algunos ejemplos de éxito como la
revista Algarabía, de la Maestra Pilar Montes de Oca, el Festival Internacional
Cervantino; casos aislados de personalidades solares como el físico Juan José
Díaz Infante, que puso un satélite en órbita, con el apoyo de CONACULTA, o el
sesgo comercial que está explotando Blackberry
al fomentar conciertos en su foro, son ejemplos que inspiran y motivan a seguir
cada quien con su sueño. Pero, la verdad es que no hay una industria, ni
políticas públicas ni programas que permitan a una persona física emprender una
idea sustentable a partir de sus talentos. O si las hay, como en el caso de la
incubadora de empresas de la Secretaría de Economía, o ahora el Instituto
Mexicano del Emprendedor para PyMES, no tienen la visión de los indicadores
necesarios para argumentar la inversión de capital y tasar el Retorno a la
Inversión real en este tipo de economía creativa.
Lo único que queda
después de experiencias de este tipo es la satisfacción de saber que somos
muchos locos pensando parecido, pero que todos nos las vemos negras para
sobrevivir. Fuera de eso no sé de reuniones de seguimiento o de planes y
acciones donde se haya aterrizado el aprendizaje obtenido de estas jornadas.
Recientemente, ha sido
muy grato asistir al seminario Arte y Ciencia: Terapia y Pathos en el arte, que realizó el CONACULTA, a través del
Centro Nacional de las Artes los pasados días 19 y 20 de junio de 2014, donde
se abordaron diversos temas relacionados con la creatividad y la ciencia, desde
una perspectiva institucional. Se antojaba que aquello estuviera nutrido de
eventos artísticos donde quedara patente dicha colaboración. Aún así la muestra
en video de la exposición de la Maestra Calatayud no fue suficiente para que
los asistentes visitáramos la sala. Hoy en la ciudad se exponen varias muestras
que podrían haber sido mencionadas (Museo Universum, Museo del Eco), la
conferencia sobre la historia clínica de Wagner no aporta al debate, es
anecdotal. Lo que interesa, en todo caso, es el estudio del efecto de su música
en el cuerpo y en las emociones.
La calidad del
discurso de la mayoría de los ponentes fue exquisita. Todos maestros en su
materia, sobretodo, los del lado científico. Sin embargo, el enfoque que se le
sigue dando al arte no llega a ser tan claro como el papel de la ciencia.
Todavía al arte se le ve desde cierta distancia, quizás hasta más inasible que
la ciencia. Hay muchos más mitos y misterios hacia la estética que hacia la
física. Y eso que no se habló de estética, tan sólo de creatividad.
Una delicia escuchar
hablar a Jorge Volpi sobre la ficción del self,
y al Dr. Prospéro, así como oír el reclamo puntual de la Maestra Sabina Berman
cuando dice que urgen narrativas de colectividad. Efectivamente, la narrativa
del individualismo no nos ha permitido integrarnos y comunicar nuestra riqueza.
El ejemplo más
conmovedor y contante es el de Emiliano Gironella Parra, quien no sé si por una
suerte de rebeldía hacia su propia historia o como consecuencia de la misma ha
tomado la estafeta para volcar su energía facilitando la creatividad de grupos
de niños huérfanos de padre, víctimas de la guerra contra el narcotráfico. Los
acompaña de manera terapéutica a vivir su duelo y a transformar su realidad en
un cuadro lleno de esperanza. La frase del niño en el video que grita “Me
encanta esto” es insuperable.
Sin embargo, me
preocupa que estos ejercicios creativos, que no tienen mayor técnica ni apoyo
estético, entren pronto al circuito comercial del arte y se ostenten como tal,
lo cual sería grave, y más si es promovido por un artista de la talla de
Emiliano.
Considero que este
encuentro ha tenido un gran valor y que sería una pena dejar que se diluyera su
impacto en otro evento más sin seguimiento. Propongo una serie de mesas de
trabajo o talleres para discutir, desde la perspectiva de la sustentabilidad
educativa y económica, la incorporación de la experiencia de muchos de los
asistentes a programas de ciencia y arte relacionados con la visión del Centro
Nacional de las Artes, a través del cual, quizás, se pueda establecer un
vínculo con la Secretaría de salud, de economía, y la de Educación Pública para aterrizar los
enormes beneficios que esta visión holística reclama.
Agradezco el tiempo,
la atención y la respuesta que sirva dar a la presente y me despido de usted
enviándole un abrazo fraterno.
Lic. José Manuel Ruiz
Regil
josemanuelruizregil@gmail.com
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