Vislumbres, fogonazos, nortes y otros puntos de referencia que nos permitirán acercarnos a la realidad estética, desde la voz de quienes piensan la belleza. Disfruta este viaje del pensamiento y ejerce tu derecho a criticar.
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domingo, 6 de marzo de 2011
Historia Secreta - Ciudad de México 1/6 Conocer para valorar lo que tenemos. Hundimientos diferenciales.
Tierra fangosa e hirsuta a la vez meliflua y trepidante Olla de escarabajos ardientes río de huesos musicales Sonaja de cadáveres vivientes / engendros ávidos de respuestas Gran signo de admiración en el que todo mundo busca Enorme vagina que anida racimos de especies ( todas deseando germinar e imponer su huella)
Nebulosa ur-bre trashumante inhumana traidora hedionda Trasiego de conciencias Desamparado cúmulo de vacíos en cascada Carrusel multicolor de neurosis colectivas Compartidas y únicas impensadas Alucinadas Dínamo bestial propulsor a chorro donde el que viaja lento va a un cuarto de la velocidad de la luz (por su lastre de vicios, deudas, taras postales o herencias lingüísticas –o es turista-) Ciudad de México Andén indetenible donde se transborda al tiempo de la tercia paralela Presente pasado y futuro en un chilan-segundo Subterránea Transterránea terrena y virtual Aérea Mullida Fingida Auténtica hasta la duda Ficticia mendiga y palaciega Millonaria Paupérrima Ostentosa Devotamente atea por parte de padre mística por partida de madre
Ciudad sagrada sin dios Nido de serpientes que espera en el silencio aullido la eclosión definitiva del huevo dominante –que nunca ocurre-
Popurrí de flor extinta, Xoloescuincle y pavo real Sinfonía de metales Resplandores Estallidos
Drapeado genético Cristalización del emplomado que es a la vez piedra luz y agua Infierno sacrificial Reciedumbre inarmónica de la inercia Desfase temporal al unísono de batuta
Me subyuga tu laicismo monacal Adoro tus atavismos centrípetos Sitio tus metástasis Habito tus estadios autoinmunes tus inmunodeficiencias –adquiridas o innatas-
Por eso te persigo como a perra en celo te espío y rastreo, para no perderme tus latidos para hundirme en tu sopor de escote trasudado
Por los barrios de las coincidencias te seduzco Me pretendo dueño de tus noches amante favorito a quien tu suerte entregues Acechanza de muerte nos mantiene en pie sobre la piedra sacrificial del día a día.
1 comentario:
D.F.
Por José Manuel Ruiz Regil
Tierra fangosa e hirsuta
a la vez meliflua y trepidante
Olla de escarabajos ardientes
río de huesos musicales
Sonaja de cadáveres vivientes / engendros
ávidos de respuestas
Gran signo de admiración en el que todo mundo busca
Enorme vagina que anida racimos de especies
( todas deseando germinar e imponer su huella)
Nebulosa ur-bre trashumante inhumana traidora hedionda
Trasiego de conciencias
Desamparado cúmulo de vacíos en cascada
Carrusel multicolor de neurosis colectivas Compartidas y únicas impensadas
Alucinadas
Dínamo bestial
propulsor a chorro donde el que viaja lento va a un cuarto
de la velocidad de la luz
(por su lastre de vicios, deudas, taras postales o herencias lingüísticas
–o es turista-)
Ciudad de México
Andén indetenible donde se transborda al tiempo
de la tercia paralela
Presente
pasado y futuro
en un chilan-segundo
Subterránea
Transterránea
terrena y virtual
Aérea
Mullida
Fingida
Auténtica hasta la duda
Ficticia
mendiga y
palaciega
Millonaria Paupérrima
Ostentosa
Devotamente atea por parte de padre
mística por partida de madre
Ciudad sagrada sin dios
Nido de serpientes que espera en el silencio aullido
la eclosión definitiva del huevo dominante –que nunca ocurre-
Popurrí de flor extinta, Xoloescuincle y pavo real
Sinfonía de metales
Resplandores
Estallidos
Drapeado genético
Cristalización del emplomado que es a la vez piedra
luz y agua
Infierno sacrificial
Reciedumbre inarmónica de la inercia
Desfase temporal al unísono de batuta
Me subyuga tu laicismo monacal
Adoro tus atavismos centrípetos
Sitio tus metástasis
Habito tus estadios autoinmunes
tus inmunodeficiencias –adquiridas o innatas-
Por eso te persigo como a perra en celo
te espío y rastreo, para no perderme tus latidos
para hundirme en tu sopor de escote trasudado
Por los barrios de las coincidencias te seduzco
Me pretendo dueño de tus noches
amante favorito a quien tu suerte entregues
Acechanza de muerte nos mantiene en pie
sobre la piedra sacrificial del día a día.
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