Mensaje del poeta Roberto López Moreno a Crisis, el arte de la crítica:
"Ante la dolorosa noticia
de la muerte del pintor Marco Antonio Trovamala, como un breve homenaje de
mi parte les envío el texto que escribí para una de sus exposiciones, texto que
a él le emocionaba mucho y que ahora revivimos para él".
...DE LA ESCRITURA
Cuadragésima sed destila vilos,
aéreos fulgurales del gramo, del calibre, del número dictando su despótico
en-el-orden fraternado a la neutra gravedad que el todo asume. Recuperación
(rehabitable lagar) de la voluta espiral de la memoria.
Me encuentro frente al
muro erigido por el test de Trovamala. Marco Antonio Trovamala desde ahí
precipita la mirada de la mano sobre el área en la que siembra velos-signos
tramontando así la refracción del péndulo. Y así, en su eje, nos relata la magia
vuelta polvo por el lapso longo y vértigo de ariscas manecillas. Estamos amos
frente a los horarios de las aes escrituras.
Trovamala, el taumaturgo, marca
desde punza suficiencia lo que el ojo toma vivo de los tiempos, en códigos de
sugerencias, abstracciones a punto de volverse letra, o a la inversa, en
recorrido inevitable hacia el vértice versal de la partícula. Se secciona: sal,
sil, el muro básico. 25 cuadros de pequeño formato, son multiplicación en ala
minerada por los que adelantan los temblores del tacto a medir el rostro como
borbo del trancurso integrando el novedado cuerpo. Tres punto catorce diez y
seis por infinito. + x + = +. La recta, la curva, la difuminada red de
multicombinaciones en el haz de las distancias, en la millonaria acumulación de
los segundos, haciendo presentes las ausencias, la alegría, el dolor, la luz,
la sombra, la cimbra de la sangre.
Exultación, sensualidad, sobrenaturaleza del
alfaguara crómica. ¿De qué alfas historias devienen los signos de este signo?
Nace la escritura mil atrás, seis mil en mayor acercamiento. Y aquí está, en
las pupilas verdes de azules Trovamalas. ¿Qué dicen esas sombras mordidas por
la luz? ¿Qué misterios esconden en su dibujo apenas, maculado por treinta y
tres transcursos? El número cifrado de la espina. El grado superior del
arquitecto.
Hubo un lenguaje que se vistió del polvo después de masticado por
la fila dentadura del soberbio molino. Lo hubo y el vestigio inventa
diepalismos en el centro frutal de los misterios. Ábrara en los lenguajes ahora
desmenuzados sobre las terrestres superficies. Lo que aire fue, lo que fue
vuelo y vuelo otra vez vuela es facultad del que dibuja, es la savia del que
pinta la sabia vibración de tiempos enlazados. Hay un trazo, una mancha, el
accidente útil, la experimentación tan siempre embarazada, tan siempre dando a
luz en los colores, en la luz-geometría de los latidos.
Arqueología mínima de la escritura, que es máxima máxima en nuestro ardo tiempo. Pulsa Marco Antonio Trovamala portentos de eficacia, cuadragésima sed, sustancia en vilo, ordenando en estadios decimales cardinales vertientes desde el cosmos. Diez en diez de cuatro en cuatro que suman 25. De allá baja zumo en suma de escrituras y allá vuelve. Está allá y estalla ya en nuestro polvo al mismo tiempo. Recursos de la curva en infinito, oscilógrafo de abstractas simetrías casi letra lustral, casi la letra en trilce dimensión, verbo al espacio. Grave el do del aceite, sostenido sabor para la arcilla buscando ubicación en el cuadrángulo. Hay un ojo y una mano, y un corazón como reloj en punto en la danza de las horas y deshoras. Hay un latido que se ha vuelto el arte, arqueología mínima de la escritura.
Arqueología mínima de la escritura, que es máxima máxima en nuestro ardo tiempo. Pulsa Marco Antonio Trovamala portentos de eficacia, cuadragésima sed, sustancia en vilo, ordenando en estadios decimales cardinales vertientes desde el cosmos. Diez en diez de cuatro en cuatro que suman 25. De allá baja zumo en suma de escrituras y allá vuelve. Está allá y estalla ya en nuestro polvo al mismo tiempo. Recursos de la curva en infinito, oscilógrafo de abstractas simetrías casi letra lustral, casi la letra en trilce dimensión, verbo al espacio. Grave el do del aceite, sostenido sabor para la arcilla buscando ubicación en el cuadrángulo. Hay un ojo y una mano, y un corazón como reloj en punto en la danza de las horas y deshoras. Hay un latido que se ha vuelto el arte, arqueología mínima de la escritura.
Se trata de una excelsa colección de Trovamala.
Roberto López Moreno. Poeta.
arteduro.dealers@gmail.com
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