Crisis, el arte de la crítica tiene el gusto de presentar un fragmento del libro Erotismo de primera mano, de la Historiadora y crítica de arte Ingrid Suckaer.
1.
INTRODUCCIÓN
El erotismo es la cultura del sexo; la multiplicidad, su
esencia. Qué dice en realidad el escrito es algo que cada posible lector
interpretará a partir de su propia experiencia y conocimiento. En todo caso, el
juego interpretativo que se desea compartir contempla que entre más elementos
se tienen, más juicios se generan y, en consecuencia, más preguntas se tienen.
Ante la amplia proliferación metodológica para abordar las
artes plásticas y visuales, en el presente ensayo, escrito a manera de crítica
de arte, se parte del interés de promover la reflexión sobre un tema en el que
nadie puede decir que tiene la verdad. El estudio, dividido en dos capítulos
(«El erotismo en las artes plásticas y visuales en México» y «Delta: más allá
de las fronteras»), se centra en ciertos artistas y en momentos precisos de la
historia del siglo XX y principios del XXI, pero sin observar un hilo
cronológico estricto.
El artista es un detonante que evidencia las prácticas de
censura instrumentadas desde las instituciones gubernamentales o privadas;
muestra ante la sociedad cómo, marcadas por la ideología, la religión y la
política, la intransigencia y la censura han sido históricamente filtro y
sistema de restricción para tergiversar la creación y difusión artísticas con
contenido erótico. En ese sentido, por la importancia que tiene el
entrecruzamiento de la historia colectiva y la erótica en el espacio-tiempo que
permea la existencia de cualquier individuo, en Erotismo de primera mano, se
abarca la erótica con un fin pedagógico desde las expresiones underground hasta
el misticismo.
El cuerpo se impone; todo lo que a partir de él se construya
nos incumbe. El erotismo es un sofisticado mecanismo que se origina en la
conciencia (capacidad de la mente de percatarse de sí misma y de lo que la
circunda), de donde surgen la creatividad, el deseo y la manera como aquella se
relaciona con todo lo que rodea a la persona. El género humano posee una
naturaleza con posibilidades infinitas que se extienden al cosmos, pero la
humanidad atraviesa un momento singular de transformación, un reacomodo de
todas las estructuras sociales que, lógicamente, franquea el soma y todo lo que
de él se deriva. Comprender dicho tránsito requiere de una postura lúdica y
posmoderna, en la que cada quien, con libertad, forje la significación de los
signos que interpreta.
NOTA ACLARATORIA
A continuación de manera sucinta se explica cada uno de los
términos a los que se alude en el cuerpo del estudio. Sexo: expresión corpórea
y del instinto animal; parte biológica de la sexualidad o los genitales con que
se nace. Sexualidad: terreno amplio que engloba: identidad de género (que
supone la diferencia de sexo trasladada a diferencia cultural), reproductividad
(que supone un alto nivel de gozo y compromiso), vínculo afectivo, erotismo.
Erotismo: cultura del sexo que abarca desde expresiones del underground hasta
la castidad; es el mecanismo que despliega los códigos íntimos del ser y se
acopla con la otredad; involucra a la conciencia y la corporeidad en un acto de
creatividad de diferentes rangos, ritualidad, espiritualidad de bajo a muy alto
umbral. Sensualidad: la más refinada y compleja comunicación espiritual entre
las personas, envuelve también al alma y el cuerpo, más no siempre desemboca en
intimidad física. Pornografía: de origen griego latino –porno, del griego pórne
(prostituta) y de graphon, del latín graphicus, y del griego graphikos
(escritura) dibujo o imagen–, esta voz literalmente se entiende como perversión
de la imagen; la pornografía, por lo regular, elimina el contexto psicológico y
a través del sentido de la vista pondera el estímulo sexual directo. Para
evitar el término pornografía, hay quienes optan por las expresiones: escenas
de sexo explícito o sexo explícito.
Georges Bataille, una autoridad en el tema del erotismo,
observó tres tipos de erotismo: el del cuerpo (deseo), el del corazón
(pasión-amor), y el sagrado (discontinuidad vía el espíritu); para el pensador,
las tres clases de erotismo persiguen la permanencia del ser.
2.
El erotismo se formula en lo recóndito de la conciencia,
cuya sustancia, intransferible, abarca una compleja red de códigos
estructurados a partir de la experiencia de vida del individuo. Así, desde un
sofisticado mecanismo que involucra a la ética y la estética cada cual elabora
lo que reconoce por erótico. Esto explica que la erótica, en tanto evolución
sexual, abarque un amplísimo rango que comprende desde las expresiones sexuales
más bajas, denominadas por Bataille como sexualidad profunda (sangre, crimen y
todo lo que por su naturaleza es involutivo y degrada), hasta las
manifestaciones sagradas, cuyo estadio superior es el misticismo.
En el proceso de significación erótica se suele definir la
ética y los gustos estéticos con base en lo que pide la conciencia. La
apetencia por una búsqueda excelsa puede llevar a cultivar con plenitud una
perseverante castidad que, bien canalizada, ocasionará que la pulsión libidinal
sea el engranaje de acceso a una forma de pasión sin límites; lejos de ser el
motor de liberación de la energía, la libido es, en este caso, la fuente de
resonancia que enriquece el potencial espiritual.
Los especialistas en erotismo explican que la intimidad
erótica que se experimenta a través de la castidad observa como distintivo que,
aunque no parte de la excitación sexual, sí lleva a la ampliación de la
sensación corpórea, lo que ocasiona un deleite porque se vive una especie de
fusión, una intimidad física y espiritual con lo sagrado, en cuya virtud, se
dice, reside la ausencia de límites. De ahí la selecta literatura en la que
místicos de todos los tiempos y de diversas religiones coincidan en
circunstancias extraordinarias en las que, vía la oración o la meditación, se
desbordan en un placer tan prolongado que, incendiados de amor, sienten
enloquecer o morir hasta desfallecer.
3.
"Erotismo de primera mano.* Artes plásticas y visuales
en México (siglos XX-XXI)" fue escrito con una beca de artes visuales
otorgada por el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (Fonca)
* Desde hace tiempo sigo de cerca la obra de la poeta y
activista social afroestadunidense Audre Lorde. Sus conceptos eróticos han
nutrido mi interés sobre el tema. Esa es la razón por la que, a partir de su
reflexión “lo erótico no puede sentirse de segunda mano”, titulé mi ensayo
Erotismo de primera mano.
Imágenes
1. Dibujo encontrado en una cueva de Ti-n-Lalan-Fezzan,
África. 5,000 años a.C. Esta imagen en la que una mujer copula con una especie
de hombre-perro es una de las más antiguas comprendidas en la historia del arte
erótico.
2. Mujer griega regando falos, 430-420 años a.C.
3. Bernini. “Extasis de Santa Teresa”, 1647-1651. Iglesia de
Santa María de la Victoria, Roma. Obra maestra de la escultura del alto barroco
romano. Esta imagen de la reverberación de Santa Teresa fue analizada por
Bataille como una expresión del erotismo místico.
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