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domingo, 5 de febrero de 2012

The fantastic flyin books of Morris Lessmore por, José Manuel Ruiz Regil



“The Fantastic Flying Books of Mr. Morris Lessmore” (Los libros fantásticos del Sr. Mauricio Menosmás) es uno de los cinco cortos de animación más destacados de los 84 Academy Awards, en 2011. Inspirado en igual medida por el Huracán Katrina, Buster Keaton, El mago de Oz y un inmenso amor por los libros, “Morris Lessmore” es una historia de un personaje que ha dedicado su vida a los libros y de cómo ellos le retribuyen.
Morris Lessmore es una estremecedora alegoría que trata de los poderes curativos del relato. Utilizando una mezcla de técnicas (miniaturas, animación por computadora, animación 2-D) el reconocido autor/ilustrador William Joyce y el Co-director Brandon Oldenburg ofrecen una experiencia narrativa que evoca la magia del cine mudo y de los musicales de la MGM.
Morris Lessmore es una joya romántica, al tiempo que una pieza de sensible actualidad. Otros premios que ha recibido este corto son:  -Cinequest Film Fest: Best Animated Short. • Palm Springs International ShortFest: Audience Favorite Award. • SIGGRAPH: Best in Show (Traducción de JMRR a la presentación del video en la página de Moonbot Studios).
Parece que Lessmore (apellido de evocación Zen, en tanto que sugiere esta idea de que menos es más, y anuncia ya la pérdida fatal que habrá de marcar la historia del personaje), encarna el sueño de Borges, para quien el paraíso era así, justamente, un lugar lleno de estantes y compañeros vivos con quienes compartir el resto de la eternidad. Este prodigio narrativo, amén de su exquisito cuidado plástico, está lleno de simbolismos sutiles y de intertextualidades que describen el sentido de la existencia basado en las ideas, como algo verdaderamente perdurable y trascendente, en contraposición a lo finito de lo material. En ese sentido la historia es una narración Platónica, cuya influencia resuena en muchos de los principios de la ideología judeo-cristiana predominante en la cultura occidental por más de 2000 años.
En medio de la resaca sombría después de la catástrofe, surca el cielo una joven jalada por un racimo de libros como globos multicolor. Morris -que en español es Mauricio y significa el mártir, el que carga el peso de los otros-, recibe en herencia el libro de la joven. Este es un alegre tomo de Humpty Dumpty, el cual habrá de fungir como su conciencia desde ese momento. Congruente con su historia, el huevo lo invita a dar el salto hacia el otro lado de la verja, al lado luminoso de la experiencia. Lo dirige hacia la única construcción sólida que queda, la biblioteca, fortificada en piedra y custodiada por un par de cipreses, símbolo de eternidad. Hay en esta metáfora una resonancia de la fábula moral de los tres cochinitos. Este huevo-Pepe grillo da la bienvenida al inquilino tocando con sus piececillos un piano de cola cuyas patas están formadas por gordas pilas de libros. Una enorme portada antigua hace las veces de tapa, que es sostenida por un manguillo de escritura.
Lessmore es adoptado como huésped de honor en la gran mansión y adquiere las responsabilidades de líder, acicateado por los decanos del lugar, quienes lo arrojan de la cama, lo acicalan para cumplir con la responsabilidad de alimentar y vestir a los volúmenes más jóvenes, que bailan rondas en parejas y vuelan entre los estantes celebrando el pensamiento.
 Todo el mobiliario es alusivo a la escritura. Las sábanas de la cama, la misma cama es una suerte de atril graduable, los escalones están hechos a base de superponer unos tomos con otros, en fin todo allí es ligereza, actividad y movimiento.
De pronto llama la atención el sonido breve de un pequeño libro en lo alto de un estante. Un libro que está acompañado de otro mucho más grande, grueso y viejo que al caer se deshoja. El personaje, entonces, aparece al centro de un anfiteatro, a la manera del legendario Doctor Tulp en La lección de anatomía, de Rembrandt. La solución que hacen los autores, Joyce y Oldenburg, del equipo médico, explorando las posibilidades plásticas del libro como objeto, es magistral. El libro antiguo parece no tener esperanza de vida. Así lo reporta el libro electrocardiograma. Inútil que el libro insuflador siga soplando aire.
Reaparece entonces la figura inspiradora del huevo-consciencia, quien a través de sus páginas sugiere a Lessmore (nuevamente la sabiduría del Tao) desacelerar, dejar de hacer, la acción en la inacción, pasar la mirada sobre sus líneas y leer. Este es un primer clímax de la historia. Al empezar a leer sobre él, al dejar de tratar al libro como un mero objeto material y reconocer su naturaleza espiritual despertando sus letras, sus ideas, le devuelve la vida. Y se desprende toda una alegoría de signos que disparan al personaje al mundo de la tipografía y la sintaxis como elementos gráficos que aportan gran felicidad.
Pasado el tiempo, Lessmore anciano va al portal siempre abierto de la biblioteca para ser envuelto en un viaje de rejuvenecimiento por los libros que lo ayudarán a trascender. Y en un acto ritual en el que no queda más que entregar cuentas de lo vivido, el viejo se eleva en un racimo de libros al tiempo que entrega al devenir el de su propia vida; y éste, lo recibe una niña como libro primero para escribir su historia.

Este bellísimo corto lo pueden ver en : http://vimeo.com/35404908

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