A la orilla del sueño algo de mí despierta
brasas que miran la otra parte que
como siempre
duerme
Hay una barca que se abre ante el mar como una espera
hay una vertical sombra sin rostro que me invita a subir
a irme de viaje por estas aguas turbias
a estas horas que alzan su ramazón
su tallo oscuro
en el tiempo que crece antes del alba
Hora de gallos asustados
que concentran calor bajos sus alas
estancias tibias en donde irrumpe el frío
como un silbido de cristal
Alza su pecho gris la incertidumbre
entra mi pie en la barca
despierta la otra parte de mí
que siempre duerme
y unta un frío sudor sobre mi frente
Enciendo luz
salto fuera del sueño
tiemblo.
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