Yo soy mi padre
y soy también mi hijo
mi abuelo y mi nieto
Soy el patriarca eterno de las generaciones
el infinito engendro que renace siempre.
Lic. J. Manuel Ruiz Castañeda |
La voz de la alegría cantaba
en boca de mi padre
rozaba sus labios y vibraba amores
la daba a todos en palabras
en risas en agradecimientos en saludos
hacía amigos con su nombre
recogía a su prole de un chiflido
gastaba bromas sanas
contaba historias chuscas
largamente bendecía los alimentos.
La voz de la alegría caminó a mi lado
sin quebrarse
sin dudar
y su frecuencia se grabó en mi piel
como una oración que llena
de color el alma
y resplandece más que el sol en mi memoria.
Nació en la Ciudad de México. Hijo de Salvador Ruiz
Sánchez, nacido en Michoacán, de profesión ingeniero y aficionado al box y a la
lucha libre, y de Emilia Castañeda Cásares, originaria del Estado de Colima de
donde llegó a la ciudad de México al cuidado de sus hermanas mayores al
perderse en un incendio la hacienda donde vivían.
Ambos se conocieron en el desaparecido
Hotel Ritz donde trabajaban; él como gerente de los baños y ella como cajera.
Estudió con los hermanos maristas
en el Colegio México de la calle de Mérida. Fue office boy en el Hotel Del
Prado, y compañero de juegos de José Emilio Pacheco y de Humberto Romero
Cándano, con quienes se volvió a encontrar en la Escuela de leyes de la
Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México, de donde es
egresado de la generación 1957, y donde trabó amistad con Tristán Canales y Jesús
Bermejo, colegas con quienes comenzó a ejercer sus primeros asuntos.
En el Centro Universitario México
ganó concursos de declamación y oratoria y fue parte del equipo de futbol
americano Gamos en una temporada. Gustaba del fisiculturismo y del frontón.
Concurso Declamación |
Concurso Oratoria |
Estudioso y “machetero”, como él
decía, tenía facilidad para la música y el dibujo, como buen acuariano,
habilidad esta última que heredó de su padre, también. Tocaba la armónica. Pero
la rígida exigencia paterna de dedicarse a la profesión elegida y no distraerse
en “cosas superfluas” le impidió explorar otras habilidades que a su vez admiraba
y favorecía en otros, especialmente en sus hijos.
Tercer nacimiento después de dos
hermanos mayores que murieron prematuramente de bronconeumonía, creció con el
cuidado y la sobreprotección del sobreviviente. Sociable, en esencia, pero
solitario por circunstancia, se refugió en el estudio y en la lectura de las
obras clásicas, y en la escritura de cartas y artículos, así como en los
programas de radio que después convirtió en su pasión y en los que al micrófono
ejerció el resto de sus talentos como escucha, enlace, abogado de causas nobles
y transmisor de alegría y esperanza.
"Cuando te veo", poema. |
A finales de los años sesenta escribió
y publicó algunos poemas y artículos en el periódico Novedades: Dolorosa partida de un genio: Walt Disney, Tradiciones y
costumbres, Cuando te veo, ¡Oh, Dios! y fue escritor fantasma del Apóstol
de la amistad, Don Jesús Gálvez Pérez.
También colaboró con notas de tinte
periodístico en el diario Claridades
en los años setenta. Algunos de sus títulos: Líder del tercer mundo y mensajero de la paz. Hay que ejercer con
conciencia las profesiones. Infame y despótico el trato en las clínicas del
ISSSTE. La ambición de poder está perdiendo a la humanidad. Desmedida voracidad
en las escuelas particulares.
Don Chucho Gálvez Pérez. |
Diario Claridades |
Instituciones públicas o campos de concentración?
¿Es realmente expedita y gratuita la justicia para el trabajador ¡México no es
botín de nadie! Justicia para el trabajador mexicano. Rebajante, ofensivo y
antimexicano programa de XEW con Irma Serrano. Despertemos a la conciencia de
la unidad ciudadana. Personal que entorpece la función de las instituciones. Los graves problemas prácticos de la justicia. El derecho: arte de lo bueno y
de lo equitativo. Ecos de la emotiva clausura de los VII Juegos Panamericanos. Unidad y trabajo en la Facultad de Derecho.
Justiciera Ley social la de
protección al consumidor. Los reclusorios siguen fomentando la venganza, en vez
de rehabilitar al delincuente. ¿Hacia dónde va el ser humano? San lunes y san
viernes en los tribunales del D.F.
Fue profesor de Sociología en el
Colegio Motolinía para señoritas a principios de los sesentas. Colaboró en el negocio familiar haciendo
entregas en la camioneta de la tintorería La estrella. Era pulcro en el vestir y recto en
el actuar. Manejaba un Boss Hall gris que traía impecable y sonaba su timbre de
campanitas cuando llegaba a ver a su novia. Usaba corbata de moño y unos lentes
de pasta que hoy serían considerados como de Hipster. Regalaba una sonrisa
afable a todo aquel con quien se topaba. Ese gesto le valió que su suegro,
Francisco Regil Magaña, lo llamara “el risitas”, y lo adoptara emocionalmente como
su hijo, al casarse en el Templo de San Antonio María Claret, el 16 de diciembre
de 1967, con María Martha Regil Vargas, aspirante a concertista en el
conservatorio y quinta hija de una familia de diez hermanos que había formado
con Guadalupe Vargas de Regil.
Martha Regil Vargas |
José Manuel y Martha tuvieron
tres hijos y una historia de amor digna de una película de Angélica María. Él,
enamorado irredento de Marthita, cultivó
su amor con bellas palabras, tierna protección y promesas de una familia feliz
que cumplió hasta el último de sus días. Ella soñaba con ser madre y cultivar
un hogar bajo los preceptos de la moral cristiana. Fueron la típica familia mexicana
clasemedia de los años setenta que vacacionaban a Acapulco a San José Purúa,
Cuernavaca o Cuatla en una Combi verde botella equipada con cortinas de tela
escocesa, sustentados en la noble profesión del esposo y la abnegación amorosa
de la madre que lucía a sus hijos como modelos de aparador, impolutos y
engominados aún a la hora de los juegos más salvajes. Quedan los recuerdos, los
álbumes de fotos, los cientos de metros de película de 8 mm con los primeros
pasos, los pasteles, los reyes y cumpleaños, los bautizos y primeras
comuniones.
Dr. Burgoa |
Fue alumno del Dr. Ermilo Abreu
Gómez, de quien citaba mucho su definición de hombre: “El hombre es su hacerse
a sí mismo con trascendencia hacia fines”. También fue alumno predilecto del
Licenciado Joaquín Ogarrio Meijueiro, y
del Lic. José Luis Rebollo, a quien suplía en las clases de Derecho
Constitucional a cuyo libro de texto, La Constitución, le decían “la violadita”.
Tuvo la admiración y colaboración incondicional del Dr. Ignacio Burgoa Orihuela,
jurista destacado, considerado el padre del amparo en México, quien fuera además padrino espiritual de su proyecto radiofónico en el que habría de canalizar toda su
vena filantrópica.
Litigó desde muy joven con éxito, llevando a cabo su misión de
defender la justicia y la legalidad (que no siempre son lo mismo) con
honestidad y generosidad heroicas. Ajeno a la transa y a las vulgaridades del
medio supo hacerse camino entre los pasillos de los juzgados con su habilidad
retórica y don de gentes. Siempre atento y considerado con quienes colaboraban
con él era el principal entusiasta cuando se trataba de “cumplir” con los
detalles de las efemérides sociales: las Nochebuenas, los tamales, la rosca de
reyes, el chocolate de San Valentín, las tortas, los pasteles de cumpleaños,
los mariachis. Su impulso natural por facilitarle a los demás las cosas y crear
un ambiente de fraternidad le hizo ganarse el cariño de muchos amigos y de no
pocos enemigos, que al tiempo reconocieron su labor y le guardaron admiración y
respeto.
Presidente |
Fue comisionado por el gobierno
del Presidente Luis Echeverría para representar a México en la Organización de
las Naciones Unidas en 1974 en contra del Apartheid. Viajó a Europa en una gira
presidencial y gastó un par de zapatos caminando el Campo Marte, en Paris, bajo
una lluvia torrencial para conseguir un par de patines para su hijo mayor.
Colaboró como Gerente jurídico en
Industrias Franco, en el Instituto Mexicano del Seguro Social, en el
Departamento del Distrito Federal y en Seguros la República, donde permaneció
hasta su retiro por causas de enfermedad, siendo además de Director Jurídico,
miembro del Consejo Administrativo y asesor de Espamex, además de consejero
personal del Presidente de Grupo Financiero Interacciones, el Actuario Juan
Antonio de Arrieta.
Siempre se rodeó de un grupo de
colaboradores leales que consideraba y trataba como parte de su familia. De
entre ellos la más destacada por su agudeza técnica e imbatible vocación, la
Licenciada Diana Barrionuevo Regalado, brazo derecho de incontables batallas.
Aficionado de la comunicación y la tecnología coleccionaba gadgets que regalaba con enorme facilidad a quienes les causaban curiosidad.
Aficionado de la comunicación y la tecnología coleccionaba gadgets que regalaba con enorme facilidad a quienes les causaban curiosidad.
Innovador y pionero en el uso del radiolocalizador, el teléfono
celular, las grabadoras portátiles, las cámaras miniatura y micrófonos. Elocuente
y emotivo en sus discursos, siempre era el elegido para dar unas palabras en
las reuniones, declamar algún poema o bendecir los alimentos.
Ingreso a la Barra Mexicana Colegio de Abogados |
Ingresó a la
Barra Mexicana Colegio de abogados en 1983, recibido por el Licenciado Emilio
González de Castilla, Presidente de dicha asociación. Preocupado por
actualizarse profesionalmente cursó el Diplomado en Derecho Fiscal en el ITAM a
principios de los años noventa.
Siempre activo, aprendiendo y resolviendo. Su
amigo Juan Viguria, una suerte de gurú que sabía trabajar para vivir y no al
contrario, le recomendó muy a tiempo que se retirara del negocio jurídico, pues
notaba los estragos que en su fuero interno le causaban los vicios que la
profesión impone. Pero la vocación fue más fuerte y siguió atendiendo casos y
asesorando asuntos hasta el final.
"Estuve ahí con él, igual de orgullosa que cuando él nos veía salir de cada grado, desde el Kinder hasta obtener el título profesional, o tomar un video y fotos en cualquier noche colonial. igual de contenta estaba yo de verlo con sus compañeros y maestros a sus 53 años. Y tomé varias fotos" -recuerda su hija, Martha Emilia.
"Estuve ahí con él, igual de orgullosa que cuando él nos veía salir de cada grado, desde el Kinder hasta obtener el título profesional, o tomar un video y fotos en cualquier noche colonial. igual de contenta estaba yo de verlo con sus compañeros y maestros a sus 53 años. Y tomé varias fotos" -recuerda su hija, Martha Emilia.
Juan Viguria |
Su participación en radio comenzó
haciendo comentarios telefónicos como escucha en el programa Opinión Pública, del señor Francisco Huerta. Su constancia y valor de sus aportaciones le valieron la invitación a
colaborar en el programa, alternando con el Dr. René Galván, y a hacer el
comentario jurídico en el diario Voz
pública. Célebre fue aquella denuncia de la patrulla indolente 20 6060.
A
raíz de esta experiencia creó el programa radiofónico de asesoría jurídica
gratuita, pionero en su género, Bufete
Jurídico, teniendo su primera transmisión en 1981 en la frecuencia 760 Kcs.
de Amplitud Modulada, en la estación Radio ABC Internacional del empresario
Mario Vázquez Raña, con quien llevó una relación comercial de respeto y apoyo mutuo.
Mario Vázquez Raña. |
A largo de trece años celebró la transmisión ininterrumpida del programa, compartiendo con su audiencia comidas tumultuarias en los que había platillos tradicionales, mariachis, tríos y espontáneos, convirtiendo el hall de la estación ubicada en Eugenia 1642 de la colonia Narvarte en una verbena popular, llena de gente que iba a retribuir su gratitud con regalos y abrazos.
Lic. Eugenio Huerta Castro |
Recibió premios de la Asociación Nacional
de Radiodifusores, y de la Procuraduría Federal del Consumidor, a través del
Licenciado Pliego Montes y del Licenciado Alejandro Rea Zamora, así como diversos
reconocimientos por su labor altruista y de servicio social a la comunidad.
Su salud fue minando a causa
de la diabetes que padeció desde los treinta y ocho años. Pero esta situación
no mermó su bonhomía, ni su alegría por vivir. Acostumbraba desayunar con su
amigo “el oso”, Licenciado Rea, y pasear por Office Depot y otros centros comerciales a la caza de artículos curiosos para su despacho, buscando siempre algún obsequio para algún amigo o pariente cercano. Durante sus últimos años nutrió su espíritu con el estudio de la Biblia en
compañía de su esposa, quien lo invitó a unirse a un grupo cristiano.
Asistían
semanalmente a la prédica con Juan Manuel, el pastor, y atendían sus
actividades hospitalarias durante la semana con el apoyo de Andrés Rodríguez, su chofer y asistente personal,
quien se volvió su compañero fiel hasta el día en que murió en una cama del
Centro Médico, a consecuencia de un cateterismo que no resistió.
"El
sabía que su enfermedad lo llevaría a la muerte, pero Dios le dio todo lo
necesario para prepararse para ese momento".
"Vio a Jesús cara a cara. Lo vi pasar de una expresión de dolor por el
infarto. Estuvo consciente en
todo momento. Me vio directamente y movió una pierna, como
diciéndome: “aquí estoy, sí siento y estoy escuchando”. Entonces me
acerqué a su oído y le dije: “ya es tiempo papito, Jesús te está esperando,
cierra tus ojitos y no te preocupes por nada, nosotros estaremos bien porque tu
vas al cielo, ya hiciste lo que tenías que hacer aquí. Todo está bien, tu nuevo
hogar está preparado para tí”. Cuando me levanté y abrí mis ojos
él ya tenía una carita de paz y sus ojos cerrados, ya no gritaba de dolor pero
seguía respirando con dificultad. Le dije a mamá que le hablara porque estaba
consciente y la escucharía.
Así se despidieron, tomados
de las manos como hace tantos años había empezado ese gran amor entre ellos. Lo
que le dijo lo tranquilizó mucho más, ellos solían orar juntos en voz alta y
leer juntos la Biblia, así es que habían aprendido a confiar en Dios en
todo tiempo. A los pocos minutos papá respiró hondo por la boca y se fue. Apareció una raya horizontal en el monitor y mamá le dio el
último beso de amor y lloró en su pecho".
"Seguramente
dijo al irse lo que escribió Pablo en 2ª Timoteo 4 7,8:“He peleado la buena batalla, he
acabado la carrera, he guardado la fe.8. Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me
dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos
los que aman su venida”.
"Obviamente
mi mayor apoyo, sobre todo en lo técnico, en cómo se trabaja, en lo que debía
hacer para ganarme un lugar en esa empresa, todo eso me lo enseñó Papá. Su
experiencia como empleado y socio, la acepté y la aprendí. Lo único
malo es que también aprendí a ser muy dada a todo lo que tenía frente a mi, y
me pasó lo mismo que a él cuando me di cuenta que tanto estrés estaba dañando mi
salud" -Martha E. Ruiz Regil.
A sus hijos les dejó en herencia el orgullo de
haber tenido un padre congruente con su forma de pensar, generoso, chillón, alegre
y bullanguero, comprometido y con una gran vocación por el servicio.
Conceptos, hijo, conceptos, fue el acicate intelectual que sembró en el mayor.
Ternura y comprensión brindó a su hija en cada momento, -usté, déjese querer, le decía-; tolerancia y confianza
infinitas para el más chico, -Espérate, te conviene...-y una presencia de su amor constante a su mujer en
cada cosa, cada objeto, cada pensamiento adivinado.
José Manuel Ruiz Regil.
José Manuel Ruiz Regil.
1 comentario:
Querido Josman, qué placer leer este modesto homenaje a un hombre tan grande como fue tu padre. Un gusto conocerlo a través de tus letras, y conocerte a ti un poco más a través de él. Un abrazo y mi admiración.
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